El arte de la construcción residencial y la promoción inmobiliaria.

Pablo Trejo, Director General de TRONC REAL ESTATE

Residencial Mas Sagrera. Esclanya.

​En muchas ocasiones, nos planteamos si la construcción residencial y la promoción inmobiliaria pueden considerarse formas artísticas por derecho propio, o si, por el contrario, responden a un prototipo industrial con cierta estética que perdura a lo largo del tiempo. En los últimos años, cada vez más personas, familias y entidades gubernamentales han empezado a comprender que la construcción residencial es, en sí misma, una manifestación artística.

Desde la perspectiva empresarial, es común pensar que la inversión en construcción se limita a un desembolso financiero con el objetivo de obtener beneficios económicos. Sin embargo, esta percepción es inexacta y no refleja la realidad ni valora el impacto del espíritu emprendedor y su recompensa. El promotor inmobiliario, al realizar una significativa inversión, asume riesgos considerables con la intención no solo de obtener ganancias, sino también de contribuir de manera fundamental al entorno, la sociedad y, en última instancia, a la mejora de nuestras condiciones de vida en todos los aspectos.

En este contexto, el promotor inmobiliario no solo busca el retorno financiero de su inversión, sino que también desempeña un papel crucial en la creación de espacios habitables que enriquezcan la calidad de vida de las comunidades. Su contribución va más allá de lo económico, abarcando aspectos sociales y ambientales. Al arriesgar y comprometerse con el desarrollo sostenible, el promotor inmobiliario se convierte en un agente de cambio, impulsando el progreso y la evolución positiva de nuestras ciudades y entornos residenciales. En definitiva, la construcción residencial se erige como una forma de arte empresarial, donde la visión, la creatividad y la responsabilidad social convergen para moldear un futuro habitable y estéticamente valioso.

​Retornemos al fascinante arte de la promoción inmobiliaria, un campo que conocemos a fondo en TRONC. A simple vista, apreciamos el magnífico resultado de una promoción, pero al profundizar descubrimos los meticulosos detalles que componen esta obra perdurable en nuestro entorno. Les extiendo una cordial invitación a visitar RESIDENCIAL MAS SAGRERA en el Alt Empordà, específicamente en ESCLANYÀ. Este proyecto, nacido gracias a la visión de mi socia, Laura Alemany, se hizo realidad con esfuerzo conjunto, buscando inversores que creyeran en nuestra visión.

RESIDENCIAL MAS SAGRERA representa la rehabilitación integral de una Masía del año 1790 en 4 viviendas, junto con la creación de 3 nuevas viviendas en un entorno espectacular que abarca más de 8.000 m² de zona común, con piscina, huertos ecológicos, plazas de aparcamiento y trasteros. Les instamos a visitarnos, no solo por su alto valor arquitectónico, sensibilidad ambiental y confort, sino también por ser un proyecto que ha requerido una inversión significativa.

Este proyecto, más allá de los resultados económicos, ha aportado un valor excepcional al entorno, gracias al amor y determinación invertidos para lograr un producto de alta calidad. Aunque el resultado económico sea ligeramente inferior a lo previsto, hemos obtenido el mejor premio: el reconocimiento al trabajo bien hecho, la constancia y el compromiso.

En este momento, quiero expresar mi gratitud a todas las personas involucradas en este proyecto, felicitando especialmente a mi socia Laura Alemany y su equipo de decoración e interiorismo por su visión, gusto y profesionalidad. También, un recuerdo especial para nuestro querido Manuel, quien participó activamente en el proyecto y nos dejó casi al final. 

En conclusión, les invito a visitar nuestra promoción, donde quedan solo tres hermosas casas esperando a ser adquiridas por sus futuros dueños. Son hogares con estilo, ricos en historia, en un entorno maravilloso. En TRONC, participamos del arte y trabajamos para aportar más valor a nuestra sociedad cada día. Muchas gracias.